Thursday, February 09, 2006
Y si los petroglifos dicen pico y zorra?
En las noticias de estos días ví a gente maravillarse ante las gigantescas impresiones en los cerros provenientes de otra época, miles de años tal vez.
pero ante qué se maravillaban?
La respuesta es qizá por lo totalmente raro que es ver un grafitti de 200 mts de largo, es un objeto en otra escala, la del monumento a algo que ya no se sabe para que es. A quien podrá importarle por ejemplo de qué triunfo habla el arco del triunfo, y en un caso local ya nadie se debe acordar el porqué de la fuente alemana.
Existe una trascendencia en la obra arquitectónica y ésta no está en el significado profundo y nisiquiera a quien represente, es mucho más superficial, y nisiquiera es la belleza, es el tamaño, lo acontextual que puede ser, o la porfía a desaparecer en el tiempo.
No es de extrañar (pensando en contra de lo que me enseñaron en la universidad), que toda teorización de un quehacer que en el fondo es superficial no es más que un devaneo inútil y caprichoso, ante la incomodidad de no tener una razón para hacer las cosas de una forma y no de otra.
Cuando se rompe la continuidad con la costumbre(que viene desde antes del imperio romano en occidente), por la razón que fuere, la arquitectura quedó vacía de la costumbre, aquella que no es necesario justificar; y ante lo nuevo cada vez que se ejecuta(una manía copiadad del arte)queda sola ante una nueva necesidad de justificar cada vez y de inventar la rueda otra vez y otra.
¶ 7:58 AM pero ante qué se maravillaban?
La respuesta es qizá por lo totalmente raro que es ver un grafitti de 200 mts de largo, es un objeto en otra escala, la del monumento a algo que ya no se sabe para que es. A quien podrá importarle por ejemplo de qué triunfo habla el arco del triunfo, y en un caso local ya nadie se debe acordar el porqué de la fuente alemana.
Existe una trascendencia en la obra arquitectónica y ésta no está en el significado profundo y nisiquiera a quien represente, es mucho más superficial, y nisiquiera es la belleza, es el tamaño, lo acontextual que puede ser, o la porfía a desaparecer en el tiempo.
No es de extrañar (pensando en contra de lo que me enseñaron en la universidad), que toda teorización de un quehacer que en el fondo es superficial no es más que un devaneo inútil y caprichoso, ante la incomodidad de no tener una razón para hacer las cosas de una forma y no de otra.
Cuando se rompe la continuidad con la costumbre(que viene desde antes del imperio romano en occidente), por la razón que fuere, la arquitectura quedó vacía de la costumbre, aquella que no es necesario justificar; y ante lo nuevo cada vez que se ejecuta(una manía copiadad del arte)queda sola ante una nueva necesidad de justificar cada vez y de inventar la rueda otra vez y otra.
